domingo, 13 de noviembre de 2011

#LVBP Sonó la samba en el Universitario

Marco Davalillo advirtió antes del juego de ayer cuál era la fórmula para ganar partidos. Para activar una reacción en cadena que revirtiera el destino de los Tiburones y los devolviera al camino de la victoria. Sus pupilos le hicieron caso y soslayaron esa cadena de tres derrotas al hilo, en otro emocionante juego entre los vecinos del estadio Universitario, que terminó a favor de La Guaira 5-4. 

Los Tiburones no tuvieron un héroe deslumbrante en el quinto duelo capitalino de la temporada. Vencieron a los Leones como una maquinaria que es autosuficiente sólo cuando está engranada. 

Barry Enright no tuvo una apertura sobresaliente, pero fue lo suficientemente larga para encaminar una victoria; el bullpen tuvo parpadeos que por momentos avivó la posibilidad de una remontada, aunque el tercer out siempre cayó en el momento oportuno; la defensa compensó los dos errores que cometió con dos dobleplays que sofocaron sendas sublevaciones y la ofensiva, sin batazos estruendosos, anotó cinco carreras gracias a la complicidad de unos Leones que cada vez se ven más disminuidos. 

“Yo sólo les pedí que tiraran más strikes”, dijo Davalillo después de la victoria que los mantuvo empatados con las Águilas en el cuarto lugar de la tabla. “La labor de Enright fue importante, porque lanzó mejor que la otra vez. Y mi ofensiva hizo el trabajo necesario para ganar”. 


El estadounidense tiró cinco innings, en los que permitió siete imparables y tres carreras, concedió un boleto y ponchó a cinco. Fue un gran contraste con aquel lanzador que apenas sacó dos tercios en su última apertura, el 1 de noviembre, precisamente contra los Leones. 

Esa actuación de Enright sólo estuvo opacada por la gran jornada de Caleb Gindl, el diminuto jardinero de los Leones que se llevó la barda en dos ocasiones (ambos jonrones fueron de largo metraje). 

Stuart Pomeranz, Joseph Ortiz, Kendy Batista y Justin Friend se combinaron para cerrar la jornada. Antes angustiaron a los aficionados, porque sus seis boletos y el golpeado en las últimas cinco entradas mantuvieron tráfico en los cojines. Pero los apagafuegos de La Guaira se apoyaron en un pésimo corrido de bases para salir de las situaciones de apremio. 

En el noveno, parecía que la suerte dejaría de acompañarlos. Justin Friend, el cerrador de los litoralenses, se veía dominado por el ambiente ensordecedor de los 12.931 aficionados que pagaron entradas en el Universitario. Dos sencillos seguidos más un boleto dejaron prendieron la fiesta de los capitalinos, que buscaban una bocanada de aire. Friend se complicó aún más, al tirar un wild pitch. 

“Pero nunca dudé de él”, dijo Davalillo. 

La remontada del Caracas estaba a ley de un batazo, porque Davalillo decidió pasar intencionalmente a Gindl, para evitar que el toletero zurdo tuviera una jornada histórica. El duelo era entre John Lindsey y Justin Friend, y los testigos los aupaban efusivamente. Pero los corredores caraquistas volvieron a cometer un error mental, pues una línea de Lindsey salió en dirección del campocorto y Val Pascucci no regresó a tiempo para facilitar la doblematanza que animó la samba. 

“Fue una victoria importante, porque vencimos al Caracas, que también está peleando en la parte media de la tabla”, dijo Davalillo, que se fue con la tercera victoria sobre sus enemigos de la ciudad en cinco duelos. 

(G.V) 

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